Amenazas para los arrecifes de coral
Los arrecifes de coral están disminuyendo en EE. UU. y en todo el mundo. En la actualidad, muchos científicos creen que la existencia de los arrecifes de coral puede estar en riesgo si no intensificamos nuestros esfuerzos para protegerlos (Frieler et al. 2013). Las amenazas a los arrecifes de coral provienen tanto de fuentes locales como mundiales.
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Amenazas locales para los arrecifes de coral
La mayoría de los arrecifes de coral se encuentran en aguas superficiales, cerca de la costa. Como resultado, son particularmente vulnerables a los efectos de las actividades humanas, tanto a través de la explotación directa de los recursos de los arrecifes como de los impactos indirectos de las actividades humanas adyacentes en la tierra y la zona costera. Muchas de las actividades humanas que perjudican a los arrecifes de coral están inextricablemente entretejidas en la trama social, cultural y económica de las comunidades costeras regionales.
Los arrecifes de coral enfrentan muchas amenazas de fuentes locales, entre ellas, las siguientes:
- Destrucción o daño físico por actividades de desarrollo costero, dragado y creación de canteras; aparejos y prácticas de pesca destructivos; bases y anclajes para barcos; e uso inadecuado con fines recreativos (tocar o extraer corales).
- Contaminación que se origina en la tierra pero llega hasta las aguas de la costa. Hay muchos tipos y fuentes de polución a causa de las actividades realizadas en la tierra, por ejemplo, las siguientes:
- Sedimentación proveniente del desarrollo costero, las escorrentías de aguas pluviales urbanas, la silvicultura y la agricultura
La sedimentación se ha identificado como uno de los principales factores de estrés para la existencia y la recuperación de las especies corales y su hábitat. El sedimento depositado en los arrecifes puede asfixiar a los corales e interferir en su capacidad de alimentarse, desarrollarse y reproducirse. - Nutrientes (nitrógeno y fósforo) del uso de fertilizantes agrícolas y residenciales, descargas de las alcantarillas (que incluyen plantas de tratamiento de aguas residuales y sistemas sépticos) y residuos de origen animal
En general, los nutrientes son beneficiosos para los ecosistemas marinos. Sin embargo, los arrecifes de coral están adaptados a
un nivel bajo de nutrientes; el exceso puede llevar al desarrollo de algas que obstruyen la luz del sol y consumen el oxígeno que los corales necesitan para respirar. A menudo, esto causa un desequilibrio que afecta a todo el ecosistema. El exceso de nutrientes también contribuye al desarrollo de microorganismos, como bacterias y hongos, que pueden ser patógenos para los corales. - Patógenos de aguas residuales tratadas incorrectamente, aguas pluviales y escorrentías de corrales de ganado
Si bien es poco frecuente, las bacterias y los parásitos de la contaminación fecal pueden enfermar a los corales, especialmente si hay otras condiciones ambientales que los perjudiquen. Las enfermedades corales se producen en ecosistemas sanos, pero la polución relacionada con los patógenos puede exacerbar la frecuencia y la intensidad de los brotes de enfermedades. - Sustancias tóxicas, que incluyen metales, productos químicos orgánicos y pesticidas de descargas industriales, protectores solares, escorrentías urbanas y agrícolas, actividades mineras y escorrentías de vertederos
Los pesticidas pueden afectar la reproducción, el crecimiento y otros procesos fisiológicos de los corales. Los herbicidas, en especial, pueden afectar a las algas simbióticas (plantas). Esto puede dañar la relación con los corales y causar decoloración. Se sospecha que los metales, como mercurio y plomo, y los productos químicos orgánicos, como los policlorobifenilos (PCB), la oxibenzona y la dioxina, afectan en la reproducción, la tasa de crecimiento, la alimentación y las respuestas defensivas de los corales. - Basura y microplásticos de la eliminación inadecuada de desechos y las escorrentías de aguas pluviales
La basura que llega al mar, como bolsas de plástico, botellas y aparejos de pesca desechados (también llamados “desechos marinos”), puede engancharse en los corales y bloquear la luz del sol, necesaria para la fotosíntesis, o enredarse y matar a los organismos de los arrecifes y romper o dañar a los corales. Los corales, los peces, las tortugas de mar y otros animales de los arrecifes pueden tragar estos plásticos y microplásticos degradados (p. ej., microesferas de los jabones), lo que puede obstruir sus vías digestivas e introducirles tóxicos.
- Sedimentación proveniente del desarrollo costero, las escorrentías de aguas pluviales urbanas, la silvicultura y la agricultura
- La pesca excesiva puede alterar la estructura de la red alimenticia y tener efectos de cascada, por ejemplo, reducir la cantidad de peces de pastoreo que impiden el desarrollo excesivo de algas en los corales. La pesca con dinamita (es decir, el uso de explosivos para matar a los peces) también puede causar daños en los corales.
- La recolección de corales para los acuarios, la producción de joyas y los objetos curiosos puede llevar a la recolección excesiva de especies específicas, la destrucción del hábitat de los corales y la reducción de la biodiversidad.
Los efectos acumulados de estos factores de estrés pueden reducir la resistencia general de los arrecifes y aumentar la sensibilidad a las enfermedades y las especies invasivas. Las especies invasivas pueden perjudicar los controles y equilibrios biológicos de un ecosistema de arrecifes.
Amenazas mundiales para los arrecifes de coral
El aumento de las temperaturas de los océanos y el cambio de sus características químicas son las amenazas mundiales más importantes para los ecosistemas de los arrecifes de coral. Estas amenazas están causadas por las temperaturas atmosféricas más altas y el mayor nivel de dióxido de carbono en las aguas del mar.
A medida que las temperaturas atmosféricas aumentan, también aumentan
las temperaturas de las aguas del mar. Este calentamiento hace que los corales pierdan las algas microscópicas que producen el alimento que ellos necesitan, lo que es un factor de estrés para los corales. Sin estas algas, los corales también pierden su coloración (un trastorno conocido como decoloración coral), porque la pérdida de las algas revela el color blanco de la estructura subyacente de carbonato de calcio de los pólipos. La decoloración intensa o prolongada puede matar a las colonias de corales o aumentar su vulnerabilidad a otras amenazas, como las enfermedades infecciosas.
Otros impactos climáticos, como el aumento del nivel del mar, la mayor frecuencia e intensidad de las tormentas tropicales, y la alteración de los patrones de circulación de los océanos, también pueden afectar a los arrecifes de coral.
La acidificación de los océanos se refiere al cambio en sus características químicas debido a la captación de dióxido de carbono de la atmósfera. La cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera está en equilibrio con la cantidad en el agua del mar; cuando las concentraciones atmosféricas aumentan, también aumentan las concentraciones oceánicas. El dióxido de carbono que se introduce en el agua del mar reacciona y forma ácido carbónico, el que aumenta la acidez.
Cada año, los océanos absorben aproximadamente un cuarto del dióxido de carbono emitido por la combustión de combustibles de origen fósil (petróleo, carbón y gas natural). Desde la Revolución Industrial, la acidez de los océanos ha aumentado alrededor del 30 %, una tasa 10 veces superior a lo ocurrido durante millones de años. Además, se prevé que, para fines de este siglo, los niveles de acidez de los océanos aumentarán un 40 % más con respecto a los niveles actuales.
El aumento de la acidez de los océanos (determinado por los valores más bajos del pH) reduce la disponibilidad de las sales y los iones disueltos que los corales necesitan para formar la estructura de carbonato de calcio. En consecuencia, el crecimiento de los corales y los arrecifes puede hacerse más lento, con algunas especies más afectadas que otras. Si la acidificación se agrava, los esqueletos de coral, de hecho, pueden disolverse. A nivel local, el enriquecimiento de nutrientes debido a las escorrentías de las actividades humanas en la tierra también puede aumentar la acidez de las aguas costeras y así exacerbar los efectos de la acidificación oceánica.